Desde hace ya algún tiempo los movimientos que
promueven conductas para favorecer un equilibrio con el planeta no dejan de
proliferar. De esta forma, encontrar un
estado de bienestar real en el que la civilización humana pueda seguir
desarrollándose, pero no a costa de la sobre explotación de los recursos del
planeta, se ha convertido en el objetivo de un elevado número de organizaciones
e individuos, así como de ciertos sectores de la actividad económica global.
De esta manera, diferentes prácticas
ecológicas han ido cobrando importancia en los últimos años, trasladándose la
preocupación medioambiental desde núcleos más cerrados al comportamiento
generalizado de la población. En este sentido destaca con fuerza la
re-conversión del sector turístico, uno de los que mayor desgaste ha ejercido
sobre el planeta durante décadas de explotación sin control. De esta forma, las
construcciones de infraestructura hotelera y hostelera de forma indiscriminada
o las actividades como tours turísticos sin atención a la riqueza biológica de
un lugar, han dado paso a formas de rentabilidad mucho más consecuentes con el
planeta, que consiguen aunar los beneficios de las empresas turísticas con el
respeto por los lugares objeto de visitas.
De cualquier forma, ser un turista
responsable, especialmente en el caso de visitar algunos de los lugares que
mayor boom están experimentando en materia de afluencia turística, como sucede
en el caso de la República Dominicana, es más sencillo siempre que se cambien
ciertas conductas a la hora de viajar. Y es que destinos como éste, donde se ha
producido una expansión bastante agresiva de la capacidad hotelera por el
aumento de visitas, cuentan con una amplia riqueza natural que puede ser
conservada, algo fundamental para lo que algunas entidades como el Consorcio Dominicano de Competitividad
Turística, que ya ha tomado cartas en el asunto, otorgando por ejemplo certificaciones
a productos y servicios que se realicen teniendo en cuenta los estándares de
sostenibilidad globales.
Partiendo de que no existe una mejor forma de
proteger el lugar que se visita que mantener buenos hábitos a nivel individual,
es importante recordar:
- Cambia tu forma de hospedarte. Podrás encontrar apartamentos a buen precio en la web a cambio del clásico alojamiento en grandes cadenas hoteleras. De esta forma repartirás el beneficio de tu estancia entre la población y además mandarás una señal clara a las empresas sobre cómo construir con precaución para no dañar el medio natural.
- No generes demasiados desechos. Resulta fundamental no generar demasiada basura, e informarnos sobre cómo reciclar lo utilizado. Para conseguirlo cabe recordar que encontrarás lo que buscas en las páginas de clasificados online o en las guías regionales de cada zona, obteniendo los datos de contacto de las empresas especializadas en recuperación de residuos reciclables.
- Controla el consumo de energía. El gasto de luz y agua produce un profundo desequilibrio en el planeta, y puede paliarse con hábitos tan simples como apagar las luces cuando se deje una habitación, o priorizar la ducha frente al baño, que consume mucha más agua.
- Navega en busca de información en internet. Estar al tanto, antes de viajar, sobre cómo se comportan y qué valores tienen las poblaciones autóctonas, así como los recursos con los que cuenta el lugar que visites, te ayudará a conocer con exactitud cuáles son las necesidades concretas de cada hábitat.
¡ Buen viaje... hermoso regreso !
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